En un centro de procesamiento de siete hectáreas, ubicado en Villa Andrani, Distrito 9 de El Alto, se cosechan verduras con abono elaborado con desechos humanos acopiados de baños ecológicos instalados en 26 barrios por la Fundación Sumaj Huasi (vivienda saludable) desde 2008.
El terreno donde se plantan las verduras fue cedido por 26 familias de esta zona que además pertenece a la Asociación de Productores Agropecuarios Integral (APA Inti), según la explicación de su presidente, Agustín Hugo Condori.
“Aquí se utiliza orina fermentada de seres humanos para la producción de estos vegetales, los desechos nos los proporciona Sumaj Huasi, que los capta en los baños ecológicos”.
Se produce papa en tres hectáreas, quinua y avena en una hectárea y media, y haba en una hectárea.
Condori explicó que los productos son puestos a la venta en mercados de las ciudades de El Alto y La Paz, y que la producción de avena y forraje es utilizada para la alimentación de sus animales ya que también es una comunidad de producción lechera.
Sumaj Huasi también cuenta en esa zona con un centro de experimentación donde pudo cultivar 36 especies diferentes. “Se ha logrado la producción de acelga, lechuga, apio perejil, cebolla, pimentón, rabanito, tomate cherri, repollo, plantas aromáticas, toronjil, hierba luisa y muchos otros”, detalló Daniel Condori, responsable de investigación.
Proceso. Tanto la orina como las heces humanas son captadas a través de baños denominados ecológicos, porque no emplean agua y porque permiten reutilizar los desechos humanos, que son recibidos en turriles separados, uno para las heces y otro para la orina, que luego son trasladados a un centro de acopio y de experimentación.
Sumaj Huasi instaló, desde 2008 hasta el año pasado, 872 baños ecológicos para la misma cantidad de familias en 26 barrios. La técnico responsable del área constructora de los baños, María Miranda, indicó las características de la iniciativa.
El baño es una habitación de cemento y ladrillo, construida por el vecino como su aporte del 30%. En su interior, todo recubierto con cerámica y de 3 metros por 1,80 metros de extensión, están instalados un inodoro, un urinario, ambos de cerámica, y una ducha que no tiene conexión con los primeros.
La novedad es que el inodoro está sobre una plataforma, también de cemento, que tiene una altura de 60 centímetros, en cuyo interior están colocados un turril y un bidón.
Todo este material es donado por la fundación, valor que equivale al 70% de la inversión. El baño tiene un costo de 1.200 dólares, 840 de los cuales son facilitados por Sumaj Huasi.
El inodoro tiene la característica especial de que posee dos agujeros, uno para las heces y otros para la orina. Ambos conductos están conectados, uno al turril para las heces y otro al bidón para la orina.
En la parte trasera de la habitación existe una rejilla por donde se extraen el turril y el bidón para enviarlos luego a la planta de procesamiento de la fundación.
La otra característica de estos baños ecológicos es que no utilizan agua, sino aserrín, cal y tierra. “Para la limpieza, generalmente se emplean aserrín, cal y algunas veces tierra”.
“Para que no exista mal olor se ha optado por la separación de heces y orines. Luego de que se hayan llenado los recipientes, podrán ser entregados a un camión recolector que pasa dos veces a la semana, los días se coordinan entre vecinos y recolectores”, explicó Miranda.
Un camión recolector con dos personas encargadas recoge los turriles, que son cambiados por unos vacíos a la hora de la entrega.
Este vehículo pone en un altavoz el grito de Tarzán como señal de que está recogiendo los desechos humanos de las viviendas que exhiben una bandera anaranjada como señal de que son ecológicas.
El responsable del componente de Desconcentración, Ramiro Huanca, indicó: “Se recoge entre 27 a 30 turriles por día en las zonas. Los trasladamos para que se efectúe el tratamiento del fertilizante líquido en el caso de las orinas, y las excretas, a través del proceso de descomposición, las volvemos humus” Se reciben 70 litros diarios de orina y se los deposita en un bidón de 5.000 litros en el que se efectúa el proceso de maceración durante dos meses, luego se usa el líquido para regar dos carpas, en las que se produce 36 especies de hortalizas, verduras y frutas.
En el caso de los residuos sólidos, el proceso de tratamiento dura de seis a ocho meses, en los que son mezclados con lombrices californianas, que realizan la degradación de los residuos hasta la obtención de humus.
“Las lombrices se comen las heces y todos los desechos, y ellas mismas defecan, y ese resultado es el abono que se requiere para las plantas”, explicó Virgina Mamani, responsable de investigación de la planta de tratamiento y experimentación.
El abono se entrega, luego, al centro de procesamiento de Villa Andrani para cultivar hortalizas.
Proyectan instalar los baños en colegios
La Fundación Sumaj Huasi proyecta colocar baños ecológicos en establecimientos educativos de la ciudad de El Alto. La primera experiencia se vivió en Viacha.
El responsable del área de Salud y Saneamiento, Raúl Silvetti, relató que en esa localidad los estudiantes utilizan los desechos de manera directa: los entierran y esperan ocho meses para plantar arbustos.
“La producción en este municipio es arbórea y se quiere lograr la disminución de la velocidad del viento. El reto es llegar a El Alto”.
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