SERVICIO. Uno de los 20 baños ecológicos instalados en el barrio de Cala Cala, donde las familias aprendieron a utilizar este sistema con capacitaciones previas. Ellas arguyen que es mucho más práctico y económico porque no se gasta agua. Foto: miguel rivas
La zonas que son beneficiadas con el aporte de Sumaj Huasi son aquellas que carecen de servicios básicos, especialmente los de alcantarillado, indicó el responsable del área de Salud y Saneamiento del programa Tecnologías apropiadas de saneamiento aplicadas en los barrios de la ciudad de El Alto de esa fundación, Raúl Silvetti.
“Tenemos hasta la fecha 26 zonas que se han beneficiado con los baños ecológicos. En una primera fase se llegó a 300 familias, la segunda alcanzó un poco más de 250, lo mismo que la tercera fase; es decir que en total se benefició a 872 familias”.
Las 26 zonas están en los distritos 7 y 14, que carecen de alcantarillado.
La Fundación Sumaj Huasi, creada el 19 de febrero de 1998, pretende mejorar la calidad de vida de la población alteña desde 2008 con la aplicación de los baños ecológicos.
El director ejecutivo de la entidad, Juan Carlos Suntura, explicó que la tarea de esta fundación es integral. “La Fundación Sumaj Huasi es una entidad boliviana que tiene como misión mejorar las condiciones de vida, salud y el entorno medioambiental de las poblaciones más necesitadas, mediante el desarrollo, difusión y aplicación de tecnologías y metodologías alternativas en agua, saneamiento y medio ambiente, teniendo como eje el concepto de la Vivienda saludable”.
Añadió que se pretende contribuir a elevar la calidad de vida y bienestar de la población boliviana asentada en las zonas periurbanas y rurales, basados en criterios de equidad e inclusión social.
“Los sistemas de alcantarillado y plantas de tratamiento son útiles para la destrucción de patógenos, sin embargo, en Bolivia y en otros países en vías de desarrollo gran parte de las aguas negras se descargan al ambiente, sin tratamiento alguno. Esta acción constituye el mayor causante de contaminación del agua en todo el planeta, lo que contribuye a una mayor saturación de partículas en el agua, el florecimiento de algas tóxicas y el alejamiento del turismo”.
Esta organización también asiste a los damnificados por desastres naturales con la provisión de albergues.
14 talleres para capacitar
Previo al uso de los retretes ecológicos se capacita a las familias acerca de la forma y los beneficios de estas infraestructuras. Lucía Quisbert, responsable del área social del proyecto, indicó que se efectúan 14 talleres en una zona. “Se les indica cómo tiene que hacerse la limpieza del baño y el mantenimiento, además de la importancia de lavarse después de usar el servicio”.
Vecinos, felices por el nuevo servicio
Utilizaban pozos ciegos y sufrían en las noches o en jornadas con lluvia.
Los vecinos de las zonas en las que se aplicó el proyecto de los baños ecológicos manifestaron su complacencia por el proyecto.
Honorio Choque, presidente de la zona Topáter, del Distrito 7 de El Alto, destacó: “Salir en la noche al baño era un peligro, sobre todo para las mujeres y los niños, ahora están más seguros y lo mejor de todo es que no se gasta en agua”.
Señaló que en esta zona sin alcantarillado existe la matriz, pero no las conexiones domiciliarias ni la planta de recepción, que estiman que será concluida de seis a diez años más. Por esta carencia, dijo que antes de los retretes ecológicos, utilizaban pozos ciegos.
Roxana Churqui, vecina de este barrio, relató que era incómodo salir al baño. “Sobre todo en el día o los días en que llovía mucho, por eso estamos felices y creo que es una buena opción de ahorro”.
El responsable del componente de Sostenibilidad, Ramiro Huanca, explicó que cada persona, en una vivienda que tiene servicios básicos, gasta hasta cinco litros de agua al utilizar el baño.
“Por lo general se entra al baño entre tres a cuatro veces, es decir que una sola persona llega a gastar 15 litros de agua potable al día, y si son cinco miembros los que componen la familia, el promedio es de 75 litros por día”.
Huanca destacó que este es un beneficio no sólo para las familias, sino también para las comunidades que pretenden reutilizar los desechos humanos como abono.
“La verdad es que esto es muy beneficioso por muchos motivos, sabemos que los desechos los reutilizan para la plantación de verduras, pero también dentro de la familia nos ayudó a ser más cuidadosos con la higiene personal y de la misma vivienda”, relató Simón Calcina, de la zona Cala Cala.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.